domingo, 8 de marzo de 2009

Cascareando

Transcurrió la novena jornada del balompié azteca. Nos encontramos a mitad del certamen en su fase regular, el común denominador ha sido la irregularidad y los malos partidos. Mientras en ligas europeas vemos competiciones férreas y cerradas, en nuestro país el drama y la emoción están en la tabla porcentual.
La lucha por permanecer en el máximo circuito se cierra cada día más, parece ser que el Necaxa se encamina a su autodestrucción. Los pupilos de Raúl Arias no han hecho nada para salvarse, han obtenido tres puntos de los veintisiete disputados. Curiosamente esta jornada los rayos se fueron a quemar, literalmente, al infierno. Los diablos rojos del Toluca los hundieron más. El fútbol es tan irónico como la vida misma, en 1998 choriceros y necaxistas jugaron una gran final en ese mismo estadio. Once años después los equipos viven realidades distintas, el Toluca es el actual campeón y sigue haciendo del “Nemesio Diez” una aduana difícil, por otro lado los rayos son coleros del certamen y de la porcentual.
Los tecos sufrieron un robo a mano armada en Pachuca. Pareciera que el árbitro del cotejo estaba esperando que los tuzos marcaran para que se acabara el partido. Los líderes derrotaron 3-2 a los pupilos del “Piojo” Herrera que siguen con problemas porcentuales. Por otro lado los Indios de Ciudad Juárez perdieron contra los rojinegros del Atlas y siguen atrapados en el drama del descenso.
Es de aplaudir la actuación del Puebla. Derrotaron a tigres a domicilio, se sacuden un poco del descenso y mandaron al penúltimo lugar a los felinos. Es de llamar la atención lo que están haciendo los de la franja, tienen 15 puntos y están en zona de clasificación. El equipo más austero de la liga está jugando con el corazón. Cada partido juegan una final, ellos lo saben, se entregan en la cancha como sí no hubiese mañana. El equipo está constituido por jugadores que quieren una revancha, Davino y Osorno son el ejemplo, jugadores que se encontraban al borde del retiro están viviendo un segundo aire. Al comenzar la campaña los poblanos eran el último lugar de la tabla porcentual, ahora hacen temblar al “volcán” de Nuevo León.
Un hombre como José Luis Sánchez Solá “Chelis”, le pone sabor al torneo. No fue futbolista, pero es poblano, está defendiendo al equipo de su ciudad como un guerrero. Es todo un espectáculo, llora, grita, patea y vive. Gracias”Chelis”, gracias por demostrarnos que vale más el corazón que el dinero.
Bolita, por favor.

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