miércoles, 11 de septiembre de 2013

3 de septiembre

Hace un año, el 3 de septiembre de 2012, fui operado de la columna. Recuerdo que al despertar de la operación sentí un dolor pavoroso, al abrir los ojos grité como loco: morfina, morfina, morfina por favor. Fueron días complicados en los que mi familia y amigos me ayudaron a salir adelante; papá, mamá, Manolo y Checo fueron un gran apoyo para mi. 
Curiosamente, exactamente un año después, el 3 de septiembre de 2013, tomaba un vuelo hacia Barcelona para hacer un master. Hace un año pensaba que tenía la peor suerte del mundo por lo que estaba viviendo, hoy  agradezco todo lo que me pasó porque fue un año en el que aprendí muchas cosas, creo que maduré un poco y viví sucesos muy divertidos. Fui a 4 bodas, en dos de éstas fui padrino, viajé a una playa completamente virgen, le di duro a la natación, bajé de peso, conviví con mis papás como en  antaño, leí muchísimo, conocí muchas personas y vi coronarse al América en vivo y a todo color en la final más emotiva de la  historia del fútbol mexicano.
Aprendí que todo, absolutamente todo tiene solución en este mundo, menos la muerte. Hay que sonreír y ver todo como una experiencia. Creo que nos dejamos llevar mucho por el dinero y las cosas materiales, cuando en realidad lo más importante es tener salud para poder realizar todo lo que queremos.  Bien lo dice Cervantes en el Quijote, “Vale más un diente que un diamante”.
Agradezco el recibimiento en Barcelona por parte de Carina Alba, en una entrega posterior contaré lo que he vivido en estos días.

Antes de la operación. Gordo y barbón.
En la playa
De Padrino
En la boda de Checo y Jimena
América campeón
 Saludos intergalácticos.

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