domingo, 17 de mayo de 2009

Cascareando

Realmente no se qué ha pasado, las últimas fechas han sido sumamente atípicas. De primera instancia el país se paralizó por la peligrosa influenza. Parecía que era el fin del mundo, sólo algún personaje interpretado por Will Smith o Bruce Willis podría salvarnos, pero al estar en México los héroes hubieran sido distintos. Me imagino algo así como: El Santo y Blue Demon contra la influenza o Influenza Porcina, el regreso de Kaliman. Nuestro país llega a ser completamente irreal, a veces pareciera que el Macondo de García Márquez es una realidad.
Esta clase de sucesos aparecen en todos los ámbitos, incluso en el deportivo. Nuestro fútbol mexicano está viviendo algo nunca antes pensado. Dos de los equipos más austeros del balompié azteca están en las semifinales. Puebla e Indios estaban destinados a descender, pero ahora están entre los cuatro mejores del torneo, son unos verdaderos muertos vivientes que se ponen al tú por tú a quien sea, pase lo que pase ya hicieron historia, no les queda otra que disfrutar su histórica epopeya.
El Puebla en algún momento fue un equipo importante en México, quien no recuerda los inicios de un joven entrenador llamado Manuel Lapuente que los hizo campeones o cuando el goleador español Carlos Muñoz comandaba a los camoteros. De aquellos momentos sólo queda el recuerdo y un estadio mundialista en dos ocasiones. El Puebla debe de estar siempre luchando, por su historia, por su estadio y por su gente. Vencieron al Monterrey contundentemente y ahora están en semifinales y se enfrentaran a los aguerridos y veloces Pumas.
Ciudad Juárez nunca ha sido una plaza futbolera, esta ciudad fronteriza es más conocida por sucesos poco agradables. La ciudad donde creció Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel, ha sido blanco de todas las miradas por sus muertas y por el narcotráfico. Hoy se habla de Ciudad Juárez por sus Indios. Dejaron en cuartos al campeón Toluca, bastó con un gol marcado en la frontera para derrotar a los diablos, en el Nemesio Diez los Indios se defendieron con uñas y dientes para mantener la ventaja. Después de aguantar noventa minutos en el infierno, son dignos semifinalistas. En esta etapa previa a la final se enfrentaran al superlíder Pachuca.
Las semifinales son completamente inesperadas, espero que se muestre un buen nivel futbolístico y sobre todo que pasen los “muertos vivientes”. Siempre me he identificado más con la pericia y astucia de David con todo y su honda que con la fuerza del gran Goliat. Espero que el próximo fin de semana estemos todos “chelices” y que Juan Gabriel pueda decir: “Arriba Juárez y sino vean el mapa”, perdón “Arriba Juárez y sino vean a sus Indios”
Bolita, por favor.

lunes, 11 de mayo de 2009

Cascareando

Se nos fue un torneo más del futbol mexicano en su modalidad de torneo corto. Poco espectáculo, poca emoción, un poco de influenza y sobre todo gran irregularidad. Pachuca y Toluca están a un nivel superior de los demás participantes de la competición. Comienza la liguilla, un torneo aparte, la cual se espera que sea mucho mejor y la afición lo disfrute.
Lo que nos mantuvo con gran interés a lo largo del campeonato fue el drama del descenso que se definió hasta la última fecha. Tres de los implicados, Tecos, Puebla e Indios de Ciudad Juárez se metieron sorprendentemente a la fiesta grande. Sin grandes jugadores hicieron lo inimaginable, pero de que sirven grandes jugadores, esto es un juego en equipo, importa más la colectividad que la individualidad. El corazón de estos equipos es enorme, mucho más importante que el dinero de Tigres y de Necaxa. El viejo refrán lo dice: Poderoso caballero es Don Dinero. Pero, ¿Qué pasa cuando este caballero es una diva? Se pudre en el averno.
El Necaxa se fue a morir al escenario de sus grandes hazañas, al coloso de Santa Úrsula. Durante los noventas el Necaxa marcó historia, de eso sólo quedan unos cuantos aficionados y el nostálgico recuerdo. En 1995 el Estadio Azteca presenció la final entre los rayos y los cementeros, todo empezó con un cielo azul pero se terminó con una noche triste, el Necaxa se coronó. Un año después derrotaron al sorprendente Celaya del Emilio Butragueño. Hace siete años, en el 2002, los rayos llegaron a su última final contra el América.
Como han cambiado las cosas en siete años, Caín volvió a abusar del Abel, pero está fue la definitiva. Hace siete años las águilas derrotaron al Necaxa en tiempo extra, en esa ocasión el estadio lucia pletórico, no cabía ni un alma más. Siete años después el estadio estaba casi vacío y parecía seguir el veto de la influenza. Está vez Caín mató a su hermanito y lo mandó a la división de ascenso.
¿Dónde quedó el equipo de la década de los noventas? Se quemó en el infierno gracias a sus pésimos dirigentes. En nuestro futbol el descenso no es problema de un torneo, se acumularon más de seis torneos malísimos. No sólo fue la culpa de los jugadores actuales, sino de muchos más. Adiós Necaxa, adiós Abel. Tigres se queda pero no hay nada que festejar, tienen dinero y una gran afición pero no tienen amor propio.
El país sigue en cautela por la temible Influenza, pero nuestro fútbol lleva mucho tiempo contaminado, lleva mucho tiempo infectado, lleva mucho tiempo enfermo. Ojala que la liguilla muestre algo de espectáculo. Espero que el país salga de la contingencia sanitaria y deje el estado de alerta, porque nuestro futbol se encuentra en la fase 6.
Bolita, por favor.