Desde pequeño siempre quise uno,
añoraba el momento en que las hormonas y la pubertad me lo otorgaran, pensé que
a los 18 años tendría uno muy grande y grueso pero esto nunca pasó, nunca llegó
el momento en que pudiera portar con orgullo un frondoso bigote. A edad temprana me gustaba mucho la
celebración escolar de la Revolución Mexicana, era la ocasión perfecta para
lucir como el héroe morelense Emiliano Zapata, mi mamá me pintaba un ridículo bigote.
Recuerdo que en alguna ocasión mi
vecina alemana, una encantadora viejita que parece haber salido de un cuento,
conoció a un tío mío poseedor de un magnifico bigote y mencionó: los hombres
deben de tener bigote, un hombre sin bigote es como un taco sin chile. Estas
palabras se me quedaron muy grabadas en la mente.
Algunos bigotes famosos |
Siempre estuve desfasado en
absolutamente todo, me tardé mucho en crecer físicamente y también tuvieron que
pasar años para que me comenzara a salir vello facial. En la preparatoria
podían pasar meses y yo no tenía que rasurarme, me daba envidia que algunos
compañeros tenían barba y bigote. En la universidad me comenzaron a salir unos
escasos pelillos, pero tenía que eliminarlos a la brevedad porque lucían
detestables. En mi desesperación para estimular el folículo facial, después de
rasurarme me untaba chile serrano en el rostro, sólo lo hice unas 3 ocasiones porque
ardía mucho, era como visitar el mismísimo infierno. Hasta los 24 años me salió la barba y el
bigote de manera “decente”, pero debido a la actividad oficinista nunca pude
darle la oportunidad de brotar Dios manda.
Desde hace más de un mes mi
columna me ha impedido hacer mis actividades normales, he estado en casa y no tengo
que salir a ningún compromiso importante. Bien dice el dicho “No hay mal que
por bien no venga”, mis achaques me han dado la oportunidad de dejar crecer las
barbas y el mostacho. Las personas que lo han visto me comentan que se ve
espantoso, no me importa en lo absoluto, por fin me puedo “relamer los bigotes”.
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