martes, 29 de octubre de 2013

Mi viejo

En fechas recientes dos amigos entrañables despidieron a sus padres. Es cierto que la muerte es parte de la vida pero decir adiós es sumamente complicado, y más si se tiene que despedir de alguien tan importante en la vida de las personas. Estos sucesos me hicieron agradecer lo dichoso que soy al tener a mi papá con vida.
La relación padre e hijo siempre es de altibajos, hablo en mi caso. Cuando era  pequeño mi padre era mi ídolo, lo sigue siendo; con la pubertad y la adolescencia me llegó la desobediencia y tuvimos nuestras discrepancias. Creo que es parte de un proceso, natural, de rebeldía que todos experimentamos. Después me di cuenta que mi jefe tenía razón y que todos los regaños e incluso bofetadas fueron bien ganadas. He tropezado por no escuchar los consejos de alguien que ha vivido más que yo y que sólo quiere lo mejor para mí, pero bueno, a base de trancazos he aprendido a hacerle caso al Dr. José Luis Hernández Pineda (Gastro-Pineda). He compartido mucho con mi papá y creo que tengo un gran ser humano como padre, no sólo lo veo como una figura jerárquica, lo veo como a un amigo.
Hace poco  leí que la vida no es más que un camino que va desde la cuna a la tumba, creo que es cierto y que es necesario aprender cada día. También es necesario decirles a las personas que queremos lo que sentimos porque algún día no estarán, ni nosotros tampoco; flores a los vivos, a las tumbas para qué. Es absurdo dejar que los rencores nos alimenten, es mejor perdonar y dejar que todo fluya; al final nadie saldrá vivo de esto.


Les dejó un video que le dedicó a mi viejo

Mis jefes
Saludos intergalácticos.

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