Cuando uno piensa que lo ha visto todo llega Pedro Almodóvar y destroza el esquema completamente. Esta semana vi su última película “La piel que habito”, me gustó mucho el film. Fiel a su costumbre, el director español nos sorprende de principio a fin. Espero que las personas que ya la vieron la hayan disfrutado tanto como yo, y a las personas que no la han visto se las recomiendo inmensamente, no la contaré para que la vean.
Dije que no la contaré y no lo haré, pero si les comparto una reflexión que me surgió cuando terminé de verla.
¿Qué pasaría si pudiéramos intercambiar nuestras pieles? ¿Qué pasaría si pudiéramos compartir nuestros cuerpos como si fueran disfraces? Podríamos desprendernos de quien somos y por un momento ser alguien más, vivir realidades alternas, vivir otras vidas y ver la perspectiva desde otras vistas; también nos podríamos ver a nosotros mismos a través de otros ojos. Lo interesante sería compartir nuestros pecados, nuestros deseos y nuestra mirada; cada piel esconde un enigma y un misterio. La condición sería regresar a nuestro cuerpo, no nos podríamos quedar en una piel que nos acomode mejor, tendríamos que regresar a la piel que nos tocó portar, sino seria un completo caos.
Creo que desde tiempos inmemorables ha existido ese deseo y se explica con la existencia de los disfraces y con quehaceres como la actuación y la interpretación, constantemente deseamos ser alguien más. Las mentiras son parte del disfraz, mentimos porque no nos gusta lo que somos. Siempre ha existido el deseo de ser alguien más, pero lo interesante sería intercambiar nuestra piel y ser alguien más que conozcamos y adentrarnos en su misterio.
Saludos intergalácticos.
http://www.youtube.com/watch?v=zlZgGlwBgro
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